martes, 28 de diciembre de 2010

El montaje semántico de la memoria

Irene Galicia del Olmo

Unas tras otras, las imágenes van construyendo el tiempo y el espacio. Unas tras otras se van haciendo a sí mismas continuando sus tiempos y acciones.
Según Italo Calvino, el hombre del siglo XXI, superado el alfabeto, se comunica mediante imágenes.
Y esto se logra a través del uso de un lenguaje determinado. Este lenguaje, como cualquier otro, tiene su propia estructura, su propio esqueleto. El historiador de arte alemán Aby Warburg, recopila, a modo de montaje, un recorrido por la historia de las imágenes, un titánico collage de conceptos que nos transportan a otros mundos, un viaje a lo largo de todo un siglo a través de su testimonio documental.

El arte del siglo XX, según Borriaud, es una arte del montaje y del recorte.
Así, Tijeras y pegamento en mano, Warburg no coloca las obras en sus paneles por capricho, sino obedeciendo a un léxico de interrelaciones que sirven para comprender toda transformación histórica. Reúne esa idea fotográfica de captar el instante, recuperando tantos instantes como cosas hay en el mundo. Por eso en su Mnemosyne, Warburg lleva a cuestas la historia natural, política, artística, filosófica... Es más bien un anti atlas - o el atlas total, según como se mire-, en el sentido de que lo abarca todo, no es monotemático, no deja ningún tema fuera, lo contiene todo: Contiene la memoria de la humanidad. Warburg, estaba convencido que "se pueden escuchar voces articuladas incluso en documentos de escasa importancia".
Así, bajo su método, la imagen se exhibe y descubre como una superposición simbólica de contenidos, que se encuentran siempre en movimiento respecto al presente del sujeto histórico, pero que es también portadora de los significados que permanecen en nuestra memoria colectiva, formando un mapamundi de procedimientos e ideas.

Warburg desarrolla sus investigaciones bajo la influencia de Hermann Usener, que estableció relaciones entre las prácticas de la religiosidad primitiva y las nuevas materias humanistas como la antropología y la psicología, por tanto, no es de extrañar que su apertura e interés hacia todo tipo de disciplinas fuera absoluto.
Del historiador Karl Lamprecht, recogió su psicología de los fenómenos históricos basada en la teoría de la evolución y que lo llevaron a reparar en elementos como el movimiento y la gestualidad de las esculturas clásicas, aspectos generalmente descartados por la historiografía del arte de la antigüedad.

El sistema de Warburg tiene relación con La obra de los pasajes de Benjamin. Hannah Arendt destaca además la pasión de Walter Benjamin por coleccionar toda clase de objetos. Así, siguiendo con las ideas desarrolladas por Benjamin sobre montaje literario, y en un momento en que la base de todo lenguaje es el novedoso uso del montaje (cine, collage, literatura), crea un sistema de paralelismos (retóricos y simbólicos), que, al modo del Ulyses de Joyce, y su monólogo interior, trata de estudiar la vida de las imágenes: La pathosformeln o fórmula de lo patético: "mecanismos sensibles aptos para evocar, en un discurrir opuesto al del procedimiento habitual de la memoria[...] el recuerdo de experiencias primarias de la humanidad", como lo define el historiador del arte José Emilio Burucúa.
Esta vida de las imágenes no es sino una tentativa y una inquietud por estudiar la continuidad de ciertos elementos accesorios de una imagen, junto a los gestos que expresan “emociones intensificadas”.

Lo interesante es que lleva a cabo una radiografía de los procesos de creación. Ya hemos visto muchas veces el resultado, pero el ser humano es curioso por naturaleza y quiere ir más allá. Quiere comprender el truco de magia. Aby Warburg nos permite ver el desarrollo, la evolución. Lo que ocurre entre bastidores antes de salir a escena: en definitiva, los secretos.
Recompone un puzle de pedazos perdidos con el afán y la premura de un coleccionista que quiere encontrar sentido a la vida. Y como buen montador reúne los fragmentos en un orden que otorgue un significado a los acontecimientos universales.

Al recomponer este rompecabezas, Warburg se convierte en el Atlas contemporáneo, que adquiere el conocimiento del mundo a través de su carga. Llevando el mundo a cuestas, se transforma en investigador independiente, sabio y recopilador, dando finalmente lugar a la enciclopedia universal de la memoria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario