lunes, 13 de diciembre de 2010

ANTE EL HORROR, SILENCIO.

Remedios Rodríguez Cruz
El artista chileno, Alfredo Jaar, fiel a su concepción del arte como medio de crítica y compromiso social nos lanza una llamada a la reflexión a través de su obra, consistente en una videoinstalación de ocho minutos de duración, bajo el título “The sound of silence”, que podemos ver en la galería de arte Oliva Arauna hasta el 13 de enero.

La exposición tiene un claro fin: conmover al espectador ante una realidad en muchos casos ignorada, introduciéndonos en un mundo agonizante que nos pretende transmitir bajo su mirada para recordarnos que lo que nos muestra no es ficción. Creando para ello una atmósfera adecuada que nos invita a iniciar un camino, estratégicamente trazado, a través de focos que ciegan nuestra retina para preparar nuestros ojos ante el horror, nos conduce a una oscura habitación, en cuya puerta de acceso, una cruz luminosa que nos recuerda a la muerte capta toda nuestra atención. Todo este montaje va preparándonos psicológicamente hacia el mundo al que Jaar nos pretende trasladar.
La luz se vuelve verde y entramos en la sala como protagonistas del escenario que para nosotros ha creado. Desde que cruzamos la puerta que nos separa de la calle y, solo por un momento, nos encontramos en otra dimensión, en otra realidad.

Tensión, suspense, miedo a abrir los ojos ante una realidad que estamos a punto de presenciar. Jaar nos ha sentado frente a ella y nos pide ocho minutos para que olvidemos todo lo que nos impide acercarnos a ese mundo agonizante que nos creemos tan lejos, tan ficticio, pero que forma parte de nuestra realidad, aunque lo ignoremos: el tercer mundo.

Kevin, Kevin Carter…como un sonido mudo, este nombre va quedando grabado en nuestro interior, contextualizando el mensaje, nada esperanzador, que nos viene a lanzar, tratando de conmover a un mundo insensible que, saturado de información, sigue sin saber nada, sin reaccionar. Entre palabras, nos laza un desesperado grito de alerta, un grito sordo, cargado de amargura.
Las palabras van sucediéndose lentamente unas a otras, presentándonos a través de datos biográficos la vida del fotoperiodista Kevin Carter, autor de una de las imágenes mas polémicas de los últimos tiempos, en la que se retrata a una niña sudanesa desnutrida bajo la amenazadora mirada de un buitre, por la que consiguió el premio Pulitzer y el castigo de un mundo que no supo entender su mensaje, y le condujo, finalmente, al suicidio. Un mundo hipócrita que ignoró su misión como fotógrafo: mostrar a la humanidad una cruda realidad, y hacerle reaccionar frente a ella.

Silencio, dolor, impotencia...y al fin, un flash cegador para presentarnos esa imagen que se nos queda grabada en la retina. De ninguna otra manera lo podría haber conseguido mejor. Nos deja mudos ante el terror, pero un grito interno quiere salir de nosotros, mientras, las palabras siguen apareciendo en pantalla, transmitiéndonos cada vez más tensión.

Son muchas la cuestiones que el artista nos plantea a través de su obra: el poder de una imagen, la misión de los medios de comunicación, su capacidad para manipular a través de sus mensajes e imágenes y su manera de contextualizarlas, la sociedad consumista que nos impide ver el sufrimiento que existe en el mundo…
Mediante una sutil crítica hacia los medios de comunicación y hacia la ceguera que la sociedad padece, impasible ante el horror ajeno, Jaar consigue su fin: impactar al espectador y hacerle olvidar su realidad cotidiana para mostrarle, aunque sólo sea por ocho minutos, otra realidad que no quiere ver.
Es difícil que su obra nos deje indiferentes, pero al salir de la sala volvemos a nuestro mundo real. Solo espero que su mensaje se grabe en nuestra mente y permanezca en ella por más de ocho minutos.

En palabras del propio artista “el arte es la articulación de la capacidad crítica del hombre”. Nada podría ilustrarnos mejor esta declaración que the Sound of silence.



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