miércoles, 12 de enero de 2011

Atlas o la necesidad de clasificar el mundo

Por: Juliana Correa H.


La obsesión por documentarlo todo, por clasificarlo todo, por inventariar todo lo existente es una característica propia de los seres humanos. Nos pasamos buena parte de nuestra vida organizando, clasificando, archivando.

Cuenta la mitología que Atlas desafió a los dioses y fue castigado teniendo que llevar la bóveda celeste sobre sus hombros. Dicen algunas versiones de esta leyenda, que al tener que llevar el peso del mundo a cuestas, se convirtió en un gran erudito, era el peso del conocimiento total lo que agobiaba al titán.

El Atlas Mnemosyne de Aby Warburg es el punto de partida para esta exposición en el museo Reina Sofía comisariada por Georges Didi-Huberman , conocedor en profundidad de la vida y obra de Warburg, quien renovó no solo el estudio de la historia del arte sino de la imagen.

Estudios, postales, cuadernos de viaje, notas, tablas, esquemas, recortes de prensa, diagramas, nos permiten acercarnos al proceso de creación de un artista. Vemos cómo el impulso creativo necesita decantarse y se traduce en claves que en ocasiones pueden ser incomprensibles para un espectador, pero que tienen sentido total para un artista.

Ese es precisamente uno de los grandes méritos de esta exposición, que nos permite adentrarnos en los fragmentos de realidad que terminan por generar una obra de arte. Aquí tenemos la oportunidad de observar partituras de Schubert, los esquemas preparatorios de algunas conferencias del propio Warburg, fotografías o bocetos que pueden darnos una idea de cómo el artista ha decidido clasificar y recomponer su mundo. Hay, indefectiblemente una selección de aspectos por algún mecanismo quizás inexplicable, un ejercicio puramente subjetivo. Subraya la muestra como el artista se fija en aquello que muchas veces desechamos, objetos que pasamos por alto y que se vuelven motivo de interés para un creador.

¿Cómo relacionamos unas cosas con otras, cómo asociamos dos o varios elementos? Atlas nos invita a reflexionar un poco sobre estos asuntos. Las clasificaciones no dejan de ser arbitrarias, pero están allí para facilitarnos la comprensión del entorno. Para los artistas, en ocasiones la forma de organizar su mundo tiene que ver más con las percepciones y las emociones que con órdenes y clasificaciones predeterminados.

Jorge Luis Borges, en su Idioma analítico de John Wilkins habla de una enciclopedia china que clasifica a los animales en pertenecientes al emperador, embalsamados, amaestrados, lechones, sirenas… se nos plantean entonces infinitas posibilidades y combinaciones que incluso se asoman al terreno poético. Tratamos de establecer clasificaciones racionales y lógicas, pero si algo deja en evidencia esta muestra, es que es posible inventar nuevos estándares. Muchos artistas, durante el siglo XX y lo que va del XXI se han atrevido a hacerlo.

¿Cuántas variaciones puede tener una quemadura del sol? es lo que registra Charles Ross en su obra Solar Burn, ¿De qué maneras puede agitarse el mar en las costas? Esto lo documenta la británica Susan Hiller en su serie de fotografías Rough Sea, las cuales son descritas con precisión gracias a tablas en las que se especifican las características de cada imagen.

Warburg en su ambicioso intento de explicar la historia del arte logró conectar civilizaciones distantes, crear nuevos puntos de referencia, jugó con el tiempo, creó “links” insospechados. Tuvo que pagar un alto precio por su Atlas Mnemosyne: la locura. Años después, llega a comprenderse la trascendencia de su obra, que hoy es tenida como referente en el estudio de la Historia del Arte. Warburg trabajo cinco años en esta idea, entre 1924 y 1929. Su ambicioso proyecto quedó inacabado. Pero todo Atlas es en sí, un proyecto inconcluso e inagotable porque sus posibilidades son infinitas, lo cual se hace manifiesto en esta exposición.

Atlas ¿Cómo llevar el mundo a cuestas? es también una invitación a mirar a los artistas no desde sus grandes obras, sino desde trabajos preparatorios o incluso obsesiones particulares que nos revelan nuevas facetas de los creadores.

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