lunes, 10 de enero de 2011

ATLAS: la génesis de la historia

Carmen Lucas Amate


“Dios también está en las pequeñas cosas” dijo Aby Warburg en alguna ocasión, y es precisamente esta frase la que caracteriza notablemente el contenido de este recorrido. Tomando como punto de partida su obra Mnemosyne, se muestra cómo, a través de la recopilación iconográfica de numerosos artistas de su tiempo, Warburg transformó el modo de ver las imágenes.

Con Atlas es posible conocer, no ya la obra final de un artista, sino su génesis, su origen, su forma de trabajo, su inspiración. Atlas es adentrarnos en su psicología, en su modo de ver las cosas, en su pensamiento, y quizás un poco en su locura y en su inconsciencia.

Los artistas no siempre quieren hacer obras espectaculares, sino que en ocasiones, intentan ofrecer otra visión del mundo que nos rodea, mediante simples manifestaciones sobre las cosas que a diario pasan desapercibidas ante nuestros ojos, y sobre momentos que quedan enterrados en nuestra memoria. Todos ellos se han encargado de desenterrarlos para mostrarlos tal y como son a través de diferentes obras visuales, propias de la condición de cada uno.

Walter Benjamin decía que el historiador materialista es un trapero y un arqueólogo de la memoria. Lo mismo se puede decir de numerosos artistas que se dedican a rebuscar en el material de todo lo que nos hemos acostumbrado a no mirar.

No se está, por tanto, ante un atlas monográfico que desglosa la información en diversas categorías, sino ante un atlas que se encarga de recopilar auténticos trozos del mundo en el que vivimos, para mostrarlos posteriormente sin ningún orden ni concierto, convirtiéndose en un “Atlas de lo imposible”, según la expresión de Michel Foucault.

El atlas fusiona cada uno de estos objetos y momentos totalmente dispares, creando una afinidad exquisita entre ellos, y mostrando cada pequeño segundo de su transformación en el tiempo (pliegues de una ola, manchas de sol o volutas de humo), metamorfosis que el ojo humano es incapaz de apreciar y que el artista únicamente logra mediante la compilación sucesiva de imágenes.

Y así se consigue este despliegue de imágenes heterogéneas, mediante su colocación principalmente en grandes mesas y superficies que otorgan al artista una completa libertad para modificar su configuración. Como ocurre cuando se colocan en un tablero numerosas postales de un viaje, para recrearlo y modificarlo a nuestro antojo, y para que mediante un simple golpe de vista, dichas imágenes sean capaces de transmitirnos vivencias y recuerdos; porque para poder recordar es necesario olvidar, y es ésta una de las funciones de un atlas de lo imposible: mostrarnos el troceamiento del mundo, unas veces para ayudarnos a recordar, otras veces para crear un género de conocimiento nuevo, que nos abre los ojos sobre aspectos del mundo inadvertidos.

Asimismo, la exposición nos muestra también otro tipo de vivencias que, por el contrario, no han pasado desapercibidas ante los ojos del ser humano, como pueden ser la violencia y la guerra. Y es que, al fin y al cabo, a lo largo de la historia, los artistas siempre se han dedicado a mostrarnos las experiencias propias de su tiempo.

El recorrido se estructura en cuatro grandes bloques: “conocer por las imágenes”, “recomponer el orden de las cosas”, “recomponer el orden de los lugares” y “recomponer el orden de los tiempos”. Se trata de cuatro conceptos que nos ayudan a acercarnos al conocimiento a través diversos montajes. Entre los numerosos autores de dichas obras encontramos a Goya, Bruce Nauman, Walter Benjamin, Andrè Breton, Dalí, Duchamp, Giacometti, e incluso el propio Warburg. Cada uno de ellos aporta pequeños trozos de su mundo, para crear una visión nueva de un mundo común a todos.

Al igual que el personaje mitológico Atlas soportaba la carga de la bóveda celeste entera, esta exposición nos ayuda a plantearnos cómo nosotros podemos sobrellevar la carga simbólica de la cantidad de imágenes que vamos percibiendo día tras día y de las cuales, muchas de ellas permanecen latentes en nuestro subconsciente.

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